13 de junio de 2011

La vía expresa de mi vida...

El camino de la vida es muy estrecho, pero tiene varias vertientes... Es como la vía expresa, con sus entradas y salidas cada número de metros... Y yo me pregunto en qué momento me desvié de mi propia vía expresa para entrar y no más salir por alguna callejuela que me desvió de mi camino... Y, aunque me parase al lado de mi free way, creo que jamás la volvería a reconocer como mía, ha pasado ya mucho tiempo desde que estuve en la vía.

Cuando tenía mis lejanos 16, recuerdo, cojí una hoja de papel muy simplita y escribí de 5 en 5 cómo sería mi vida en los siguientes 20 años... A lo único que llegué a cumplir en ese rol de actividades fue terminar la Universidad, lo que nunca me ha llenado de orgullo (ni porque terminé en el 5to superior). A eso le seguía hacer una maestría, la especialidad en Cirugía en Brasil, el doctorado en la Cayetano Heredia y el PhD en España... Todo eso cabía perfectamente en mi hoja blanca de papel... Y apenas pude cumplir solo uno...

Luego de la U, tuve a mi nene, mandé al carajo al padre y me dediqué a trabajar para mantenerlo. Enjuicié al susodicho, que se fue con la mujer que ya me engañaba, se casó con ella, tuvieron dos nenes y un divorcio porque le encontró otra mujer con un retoño fruto de la calentura... Y colorín colorado su historia ha terminado... Pero mi historia tuvo que seguir sin él. Obvio, no somos los mejores amigos, pero no le deseo mal, malo que bueno es el padre de mi hijo y nunca he negado sus otras buenas cualidades, las profesionales, evidentemente.

En ese espacio de tiempo, hasta hoy, trabajé como un burro, o como decimos aquí: "trabajé como negra para vivir como blanca". Lo cierto es que trabajé como esclava para vivir como ama hasta que un cambio del destino me hizo perder soga y cabra y terminé poniendo mi propio consultorio dental... Ya son dos años que estoy trabajando en él, pero no llena mis expectativas. Estudio porque quiero ser maestra. Amo la relación docente-dicente y eso me hace falta y mucho.

Y en todo ese camino conocí mucha gente. Amigos, amigas, novios, gente buena, mala y más mala, gente desleal, traicionera, descarada... Creo que conozco más gente de la que quisiera conocer, pero de toda esa gente hay personas a las que les debo las sonrisas que hoy puedo esbozar. Creo que aprendí de ellos a ser fuerte y no dejarme vencer... Aunque en mi última experiencia me vieron tan derrotada que me levantaron con todo lo que pudieron y de esa experiencia reforcé mis lazos con dos amigas a las que les debo mucho: Mariela y Jacky. Sé que si me vieran ahora matarían al cabrón que me hace llorar...

Y fueron 4 meses, 120 dias en cama pensando, viendo si mi cuerpo tenía algo extraño, un ingrediente que hacía que la gente mintiera... Pero no pude encontrarlo. Salí de ese hoyo gracias a mis amigas, a mis terapeutas y a las mil pastillas... Luego de 8 meses yo era la misma que fui, sonriendo al mundo con mi mejor rostro y confiando en todo y en todos. No tenía por qué ser diferente...

Y al fin de ese tiempo conocí a alguien maravilloso... Ese alguien me llevó a conocer a otras personas realmente increíbles... A veces las personas queremos ver las cosas buenas de los demás, sin juzgar su pasado, sus relaciones anteriores, su vida antes de nuestra llegada. Así lo hice yo, siempre lo hago igual. Pero nada de lo que hice cambió el orden lógico que me persigue...

Él era mejor que todo lo que yo podía haber conocido antes. Hablaba claro, directo y sin titubear me dijo que me quería para su novia. Mi cara debe haber parecido un chiclet's porque yo no entendía lo que estaba sucediendo. No quiero escribir más sobre eso, pero sí puedo decir que nunca podría desconfiar de alguien que ama a sus padres y que no habla mal de las personas de su pasado. Así es como pensé que había vuelto a mi vía expresa... Estaba enamorada de alguien que me proponía una hoja en blanco para llenar juntos, para ponernos metas, para cumplirlas... Y volqué en esa hoja de papel lo mejor de mi, de mis anhelos, de mis proyectos...

Hoy, me di cuenta que él había manchado esa hoja. Que me quería de una manera que yo no comprendo ni comprenderé. Que nuestras diferencias ancestrales nos perseguirán siempre, porque yo no concibo ser una muñequita de torta a exhibir.

No sé en qué parte de la vía estoy. Me acompaña una cerveza bien fría porque no pretendo encontrar entre el camino lluvioso la solución a mi búsqueda. Hoy me haré a un lado de la vía, dejaré que esa lluvia me moje, que el barro manche mis ropas, que nadie me note... Y sé que mañana, aunque no lo desee, el sol sadrá igual, como siempre lo hace, cada día... Y volveré al camino con la certeza de que conservo la mitad de la hoja de ese papel y que me pertenece solo a mi.

Desconozco si en un futuro cercano de cabida a otro "alguien" que quiera llenar su hoja en blanco conmigo, la verdad? no tengo intenciones de hacerlo. Pero, lo que sí puedo agradecer es el haber recogido de ese camino a un corazón que habla el mismo idioma que el mío y al que le debo el estar sentada aquí, frente a mi lap, respirando paciencia: Santa Noelia!.

Quizás, como dice ella, el intentar "arreglar las cosas" aún deba esperar... Quizás, como pienso yo, eso nunca debería suceder... 

Recuperar mi free way no es fácil, pero debo considerar pasos más grandes para lograr mi cometido. Quizás eso no me lo enseñaron por aquí, pero es una necesidad mayor, que me impulsa a viajar en soledad por el camino largo, difícil y veloz de esta vida...

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