Yo no recuerdo una canción...
No recuerdo una película...
Ni puedo recordar una cita... De las tantas que debimos tener...
Yo no recuerdo una sonrisa...
No recuerdo una mirada...
Ni recuerdo una flor... Acaso nunca me regaló una?...
No puedo recordar una alegría... Y tampoco una pelea...
Pero tengo estrujado el corazón de vez en cuando, porque siento una herida que intento que cicatrice y cada vez que parece que, por fin todo está bien, las circunstancias obligan a sangrar...
Hace 10 años tomé la segunda decisión más grande de mi vida... DEJARTE!
Y he vivido convencida de que fue mejor para los tres. Así yo no le arrancaba los ojos y él no moría desangrado... Asumo que en algún momento debe haberse sentido feliz de eso... De no morir desangrado, claro!
Y de que yo no lo jodiera más... Porque, a decir verdad, ninguna mujer es tan ángel y ningún hombre es tan perro... Y yo no soy la excepción.
Bajo toda mi capacidad de tolerancia hay una frase de sarcasmo que la anula... Y detrás de cada lágrima, hay un plan de venganza infinito... No, no soy tan linda!
Pero que tampoco soy una basura, eh!
Sí... Creo que le arruiné la vida... Y le ofrecí disculpas por eso y le pedí perdón... ya hace unos años atrás.
En ese momento deseaba que él también lo hiciera... pero no dijo mucho, como si todo fuera mi culpa. Me lastimó más, pero aprendí a ver las cosas de forma diferente.
Las personas somos el reflejo de los padres, de las circunstancias, de nuestra capacidad de adaptarnos.
Hace una semana, en una circunstancia muy especial para mi, en medio de una canción que (felizmente) no recuerdo, él dijo "me perdonas? por todo lo que te he hecho"... Y yo, que una vez esperé esa frase con tantas ansias, no supe qué chuletas decir... creo que le dije que ya no importaba...
Sí pues, ya no importa lo que pasó, pero sí eran importantes sus disculpas.
Así que hoy siento que esa era la frase que faltaba para dar vuelta a la página y cerrar el libro.
No pienso que las personas sean malas... O buenas... Pienso que son las circunstancias... Todos tenemos el suficiente potencial para ser una u otra cosa, es el albedrío lo que nos permite decidir.
Y hoy no me siento muy diferente, sigo viendo el mundo con la misma mente abierta que antes, con la misma nostalgia envuelta en alegría constante, con las mismas lágrimas en mis sacos lacrimales... Con la misma esperanza de que Mariano sea feliz siempre, con la misma fe de que él encuentre quien lo haga feliz... Con la misma sensación de que allá afuera hay alguien que sí disfruta del perfume de una rosa... De atragantarse de fresas... De leer lo mismo que yo... De cantar música ochentera... De dejarse embriagar por un café... De perderse en una copa de pisco sour... De perderse en la noche...
Quizá sea para poder tener mi propia canción...
Para vivir mi propia película...
Para protagonizar una cita...
Para recordar las sonrisas...
Para sostener una mirada...
Para, por fin, enamorarme...
No recuerdo una película...
Ni puedo recordar una cita... De las tantas que debimos tener...
Yo no recuerdo una sonrisa...
No recuerdo una mirada...
Ni recuerdo una flor... Acaso nunca me regaló una?...
No puedo recordar una alegría... Y tampoco una pelea...
Pero tengo estrujado el corazón de vez en cuando, porque siento una herida que intento que cicatrice y cada vez que parece que, por fin todo está bien, las circunstancias obligan a sangrar...
Hace 10 años tomé la segunda decisión más grande de mi vida... DEJARTE!
Y he vivido convencida de que fue mejor para los tres. Así yo no le arrancaba los ojos y él no moría desangrado... Asumo que en algún momento debe haberse sentido feliz de eso... De no morir desangrado, claro!
Y de que yo no lo jodiera más... Porque, a decir verdad, ninguna mujer es tan ángel y ningún hombre es tan perro... Y yo no soy la excepción.
Bajo toda mi capacidad de tolerancia hay una frase de sarcasmo que la anula... Y detrás de cada lágrima, hay un plan de venganza infinito... No, no soy tan linda!
Pero que tampoco soy una basura, eh!
Sí... Creo que le arruiné la vida... Y le ofrecí disculpas por eso y le pedí perdón... ya hace unos años atrás.
En ese momento deseaba que él también lo hiciera... pero no dijo mucho, como si todo fuera mi culpa. Me lastimó más, pero aprendí a ver las cosas de forma diferente.
Las personas somos el reflejo de los padres, de las circunstancias, de nuestra capacidad de adaptarnos.
Hace una semana, en una circunstancia muy especial para mi, en medio de una canción que (felizmente) no recuerdo, él dijo "me perdonas? por todo lo que te he hecho"... Y yo, que una vez esperé esa frase con tantas ansias, no supe qué chuletas decir... creo que le dije que ya no importaba...
Sí pues, ya no importa lo que pasó, pero sí eran importantes sus disculpas.
Así que hoy siento que esa era la frase que faltaba para dar vuelta a la página y cerrar el libro.
Ufffffffffffff!!! sí que se demoró, eh!
Pero se requiere valor para disculparse, para enfrentar las cosas, para cambiar.No pienso que las personas sean malas... O buenas... Pienso que son las circunstancias... Todos tenemos el suficiente potencial para ser una u otra cosa, es el albedrío lo que nos permite decidir.
Y hoy no me siento muy diferente, sigo viendo el mundo con la misma mente abierta que antes, con la misma nostalgia envuelta en alegría constante, con las mismas lágrimas en mis sacos lacrimales... Con la misma esperanza de que Mariano sea feliz siempre, con la misma fe de que él encuentre quien lo haga feliz... Con la misma sensación de que allá afuera hay alguien que sí disfruta del perfume de una rosa... De atragantarse de fresas... De leer lo mismo que yo... De cantar música ochentera... De dejarse embriagar por un café... De perderse en una copa de pisco sour... De perderse en la noche...
Quizá sea para poder tener mi propia canción...
Para vivir mi propia película...
Para protagonizar una cita...
Para recordar las sonrisas...
Para sostener una mirada...
Para, por fin, enamorarme...
Ayyyyy!!! me acordeeeeeé!!!!! Me acordé de la canción... Tabaco y Chanel! jejeje.... Pensé que hasta de eso me había olvidado! :D
ResponderEliminar